miércoles, 5 de enero de 2011

2010: EL PASADO TAMBIÉNI IMPORTA

Hola, como opción alternativa a la típica lista de discos del año, aquí os dejo una lista de los descubrimientos, venazos y reenamoramientos que he sufrido en 2010, siempre de discos que no han sido editados en este año. La lista correspondiente a lo nuevo llegará en breve, espero...

1. MOONDOG: "MOONDOG" (1969)


Louis Thomas Hardin, más conocido como Moondog, era un músico absolutamente genial, compositor de música magnifica a caballo entre el jazz y la clásica, que un buen día decidió apartarse de la sociedad y vivir en las calles de Nueva York, vestido con ropa que él mismo confeccionaba y que estaba basada en el dios Thor.Le llamaban por ello "el vikingo de la sexta avenida". Ya entrado en años, comenzó a ser conocido, más allá de por sus excentricidades, por lo interesante de una propuesta musical visionaria, plasmada en discos que suenan marcianos, mucho más allá de los corsés preestablecidos en los géneros en los que se mueven, sobre todo en este aparecido ya en su vejez, que contiene piezas de una amplitud y ampulosidad casi cinematográficas. ¿Cómo pudo un vagabundo ciego y lunático componer música semejante?

2. ALMENDRA: "ALMENDRA" (1969)

Luis Alberto Spinetta ha sido uno de los pilares en los que se ha cimentado el rock argentino en lo que va de los sesenta hasta nuestros días. Almendra es el primero de sus proyectos (después vendrían otros grupos capitales como Pescado Rabioso o Spinetta Jade), que despega en 1967 con la edición de algunos singles de psicodelia llena de candor e inocencia, sobre todo gracias a la sedosa voz de Spinetta, pero con una inyección de ácido más que importante, en los que ya se apuntan las maneras que les llevarían a editar este maravilloso "Almendra", disco de sonido algo más progresivo pero que sigue disparando melodías enormes y sobre todo, contiene clásicos imperecederos como la garagera "Ana no duerme", la melancólica "Fermín" o la directamente magistral "Muchacha (ojos de papel)", clásico instantáneo sólo por el cual merece ya la pena comprar el disco. Si estos tíos hubiesen sido norteamericanos seguro que hoy en día este disco estaría en todas las listas habidas y por haber de "lo mejor de todos los tiempos". Una pena que sea difícil conocerlos fuera de las fronteras argentinas.

3. DAVID BOWIE: "STATION TO STATION" (1976)

Evidentemente, este no es un descubrimiento de última hora que he hecho de Bowie. Simplemente, la reedición del disco que ha aparecido este año (junto con un suculento doble en vivo que probablemente sea lo mejor en ese formato que se ha editado del Duque Blanco), ha hecho que redescubra un disco que actualmente casi considero el mejor y más completo -con permiso de Ziggy, no se lleven las manos a la cabeza- de su autor. Su autor, un hombre sobrepasado por su éxito en América, encerrado en su mansión y sustentado únicamente por una dieta de cocaína y pimiento rojo, necesita imperiosamente volver a Europa. "Station to Station" significa ese retorno y a la vez un compendio de todo lo aprendido por el camino y lo que estaría por venir. Desde el comienzo con el grandísimo tour de force que da título al disco, visionariamente influenciado por el Kraut-rock más alucinado pero manteniendo la pulsión rock, asistimos a un amalgama de sonidos que van desde el Philly Soul de "Golden Years", el rock marciano de "TVC 15", la ensoñación de "Stay" o la tristeza infinita de un "Wild is the wind", robado a Nina Simone. Hay muchos discos de Bowie, pero todos están en este.

4. MAX ROMEO AND THE UPSETTERS: "WAR INA BABYLON" (1976)


Este disco, junto con "Police & thieves" de Junior Murvin y "Party time" de los Heptones, conforma lo que se ha dado en llamar la sagrada trinidad de los discos producidos en el estudio Black Ark, propiedad del genio Lee Scratch Perry. Aunque el disco lo firman a medias Max Romeo y él, no hay duda de que su grandeza se debe sobre todo al genio creativo de Perry, considerado el Phil Spector jamaicano, que con su técnica "upsetter" de producción, subiendo los bajos al máximo, revolucionó la música jamaicana y en cierto modo influyó también en el pop. Con canciones enormes, como "One step foward", "Uptown babies" o "War ina Babylon", se trata de un disco muy roots, combativo y revolucionario, además de ultra-potente en cuanto a sonido, gracias sobre todo a la aportación del grupo de acompañamiento, los Upsetters, la banda de Perry.

5. FUGAZI: "THE ARGUMENT" (2001)


Tensión, energía, electricidad, en una palabra: ROCK. Así, con mayúsculas, con toda la intención de la palabra. Pocos discos capturan esa idea en toda su magnitud. Pocos artistas tienen la madurez, sensatez y maestría como para dejarse llevar y facturar sonidos que realmente lleguen a algo sin importar otros factores, que realmente son coyunturales. Lo que encontramos en "The Argument" se llama honestidad. El disco te lleva consigo a un mundo paralelo en que la adrenalina es la reina. Sí, no lo dudéis, esta siempre ha sido una música escapista, una música intensa que busca la escapada de la mediocridad. Ian McKaye y sus muchachos se saben el libro de instrucciones a la perfección, pero llegó un momento en que lo tiraron al retrete y produjeron esto: todo un tratado de cómo hacer un disco de rock sin tapujos, con canciones como soles y directo a los huevos.

6. NICK GARRIE: "THE NIGHTMARE OF J.B. STANISLAS" (1969)

Músico inglés vive dedicado a sus labores como profesor de idioma en Francia. En sus ratos libres se dedica a componer y tocar por París canciones en tono folk, acordes con la atmósfera bohemia que le rodea. Un buen día, surge la oportunidad de grabar un disco en ese país, aunque eso sí, en el idioma de la reina madre. Pese a los deseos de Garrie, los productores llenan de arreglos barrocos sus composiciones, que pasan a formar un conjunto de dream pop, a caballo entre Scott Walker y sonidos de pop tierno como Beach Boys y Honey Bus, constituyendo una obra de sonido único, plagada de canciones mayúsculas. La jugada, en cuanto a producción, salió perfecta, pero el disco se hundió en las listas francesas sin pena ni gloria y nadie se acordaba de él hasta este año, en que se ha reeditado por todo lo alto en formato de doble cd, con un buen número de extras. Un acto de justicia de lo más necesario.

7. TERRY CALLIER: "OCCASIONAL RAIN" (1972)


Terry Callier es una anomalía digna de paladares sibaritas. A diferencia de la mayoría de músicos negros de los 60 y 70, Callier se ha mantenido en un eclecticismo difícil de definir, a caballo entre blues, soul, funk o Jazz. Sus discos son elegantes y profundos como pocos. Este "Occasional Rain", de 1972, ese un claro ejemplo de lo que digo. Texturas sedosas formadas por instrumentaciones maravillosamente ejecutadas y producidas. Sensaciones más que agradables al oído y canciones enormes como "Ordinary Joe", sin duda alguna uno de mis temas favoritos de soul setentero.

8. LOW: "THE GREAT DESTROYER" (2005)


Este año vi a Low interpretar íntegramente este disco en el Auditori del Fórum de Barcelona. Las palabras "carne de gallina" no son suficientes para definir las sensaciones que me produjeron. Evidentemente, no he descubierto este disco este año, pero de alguna manera la interpretación que contemplé de sus canciones, generando una liturgia casi religiosa, me ha proporcionado un nuevo punto de vista. Si antes me gustaba mucho este disco, ahora me parece una obra maestra de proporciones faraónicas. Escuchadlo, joder.

9. MIGUEL RIOS: "MIRA HACIA TI" (1969)


El primer disco en solitario de Miguel Ríos para Hispavox es una auténtica joya de principio a fin. Con arreglos de Waldo de los Ríos y varias canciones del brinco Fernando Arbex, además de las archiconocidas "El Río" o "Vuelvo a Granada", contiene trallazos del calibre de "No sabes como sufrí", "Contra el cristal" o "Yo sólo soy un hombre". Un disco enorme, sincero y directo que ofrece una imagen diferente del estereotipo que se tiene de él.

10. CRAZY HORSE: "CRAZY HORSE" (1971)

No todo iba a ser estar de comparsas del Neil Young. Los Horse tenían su talento propio y así lo demuestran en un disco enorme en que las composiciones del gran jefe (la inédita "Dance dance dance") se entremezclan con las propias, como la archiconocida, gracias a versiones posteriores por otros artistas, "I don't wanna talk about it", o composiciones del productor, nada menos que Jack Niztsche, que entrega maravillas como "Carolay" o "Crow jane lady". Para la ocasión, la banda contó con una adición excepcional: Nils Lofgren, gran guitarrista que ha acompañado a Young en muchas giras y que en la actualidad es miembro permanente de la E Street Band de Springsteen. En definitiva, una gran banda a la que se le añade un gran guitarrista, un gran productor y cuenta con grandes canciones no podía hacer otra cosa que un gran disco. Y así fue.

11. DESTROYER: "STREETHAWK: A SEDUCTION" (2001)


Un disco que escuché compulsivamente durante una temporada difícil este año. De alguna forma, la manera intrincada con que Dan Bejar teje sus canciones me atrapa obsesivamente y me hace sentir bien. Basado en una especie de cruce imposible entre Bowie y Pavement, el desarrollo de los temas que componen este disco (el quinto de su carrera) navega sobre letras extensísimas, muchas veces con aspiraciones de himno y, pese a los a veces horribles arreglos y producción, logra un sonido expansivo que engancha sin saber por qué. El candor con que expresa Bejar su incontinencia lírica y musical tiene un encanto naïve raras veces encontrable en compañeros de generación (sin sentir vergüenza ajena, claro está). Destroyer son sin duda uno de los secretos mejor guardados de Canadá y merecen un puesto entre lo mejor del pop actual.

12. THE IMPRESSIONS: "THE YOUNG MOD'S FORGOTTEN STORY" (1970)

Antes de que Curtis Mayfield comenzara su etapa en solitario comenzó a explotar su faceta social y reivindicativa con su grupo de toda la vida. Recién adquirida la independencia, pues había puesto en marcha su propia compañía discográfica, "Curtom Records", nada podía pararle a la hora de decir lo que tenía que decir. Sorprendentemente, y pese al poco potencial comercial que estos alegatos suelen tener, dos canciones del disco tan poco complacientes como el alegato "poder negro" que es "Choice of colours" o la irónica "Mighty Mighty (spade & whitey)" fueron éxitos y hoy en día son auténticos clásicos que conviven en el disco junto a maravillas como la que le da título o repertorio más soul y más romántico como "The girl I find" o la magnífica "Soulful love". Un clásico imperecedero.
13. TRAFFIC: "JOHN BARLEYCORN MUST DIE" (1970)

En 1967, Steve Winwood, junto con Dave Mason, Jim Capaldi y Chris Wood formó Traffic en un intento de juntar su gusto por el soul y el rhythm and blues con los sonidos psicodélicos imperantes. La jugada le salió a pedir de boca, con dos discos mayúsculos, pero las rivalidades de egos causaron la separación en 1969. Curiosamente, en 1970 regresan sin Mason y ya con Winwood totalmente a las riendas producen este "John Barleycorn must die" mucho más enfocado hacia el progresivo con tintes Jazzy folk, que pese a esos ingredientes no aburre ni un solo segundo con hits mayúsculos (pese a su minutaje) como "Glad", "Freedom rider" o la que titula el disco. Un clasicazo.

14. PREFAB SPROUT: "PROTEST SONGS" (1989)

Paddy McAlloon es uno de los orfebres más grandes que el pop haya conocido. Sus canciones son de una delicadeza y una sabiduría magnas. En una década como los 80, bastante yerma en cuanto a calidad compositiva, él supo conjugar comercialidad con calidad como nadie lo hizo. Discos como "Steve McQueen" o este "Protest songs" grabado inmediatamente después, pero aparecido 4 años más tarde, son despliegues de maestría del Gershwin de nuestro tiempo.

15. JOHN MARTYN: "SOLID AIR" (1973)

Las canciones de Martyn tienen una belleza quebradiza, cristalina, muy parecida a la que tienen las de Nick Drake, gran amigo suyo y persona a la cual está dedicada este disco, que es el más recordado de su extensa carrera. "Solid air" es un disco para momentos muy determinados, especialmente para escuchar cuando se está solo. Tiene algo íntimo en sus canciones que arrastra. La canción que le da título, "Don want to know", "May you never" o la más enérgica y bluesera "I'd rather be the devil" son canciones de sonido amplio y apabullante que se adelantan en este aspecto a su tiempo.

16. STANDSTILL: "VIVA LA GUERRA" (2006)



Un buen dia Enric Montefusco y sus chicos dejaron de ser unos jovenzuelos que se dedicaban a hacer hardcore en inglés y pasaron a ser uno de los grupos que más sabiamente han defendido el rock en castellano en este país durante los últimos años. Como si de un nuevo grupo se tratara, el homónimo "Standstill" ya apuntaba maneras, pero es en "Vivalaguerra" donde efectivamente puede decirse que en el rock patrio hay un antes y un después de este disco, donde la inteligencia de sus letras, la sabia y enrevesada construcción de las canciones o la conceptualidad del conjunto hacen aparecer ésta como una obra desinhibida, total y clásica desde su publicación. ¿Cómo no asombrarse ante "1,2,3, sol", "Yo soy el Presidente de la escalera" o "La mirada de los mil metros"?. Uno de los mejores discos editados en este país. Y punto.

lunes, 25 de octubre de 2010

EDWYN COLLINS - LOSING SLEEP (2010)



En febrero de 2005 Edwyn Collins sufrió una doble hemorragia cerebral que le dejó postrado en coma e ingresado 6 meses en el hospital, tras una complicada operación que, si bien consiguió mantenerle vivo, no evitó una paralisis cerebral que afectaba a la parte del cerebro que rige el lenguaje y otras secuelas de semejante gravedad (en general, falta de movilidad en la parte derecha del cuerpo), con lo que se vió obligado a volver a aprender a hablar, pues era incapaz de comunicarse. No deja de ser paradójico para una persona acostumbrada a hablar a través de canciones el no poder ni pedir un vaso de agua o poner un disco (el poner música era improcedente, pues le producía mucha excitación, y sólo fue capaz de hacerlo muchos meses después de la operación).
Edwyn Collins es uno de los músicos más respetados de Escocia. Procedente de Glasgow, formó en los 80 los básicos Orange Juice y ya en los 90, en solitario, gozó de un merecido éxito en ambos lados del atlántico con la grandiosa canción "A girl like you", sin contar con que cada uno de sus discos es de una calidad intachable. Era duro pensar que nos fuéramos a quedar sin él.
Gracias a su esposa y mánager, Grace Maxwell, que ha estado al pie del cañón con él en todo momento y le ha ayudado en la difícil tarea de volver a poner las manos sobre una guitarra, Edwyn Collins ha logrado lo impensable: completar un nuevo trabajo (el anterior, "Home again", de 2007, ya estaba grabado cuando pasó todo) con nuevas composiciones de una calidad milagrosa, increíble, titánica.
Lo nuevo de Edwyn Collins puede perfectamente ser llamado "disco milagro" porque, lejos de reflejar una debilidad evidente que su mismo rostro envejecido prematuramente refleja, es de una luminosidad contagiosa. Un disco vital, moderno, joven. Un renacimiento en toda regla con canciones vibrantes y llenas de energía. En el pasado, desde su aclamado "Georgeous George" (1995), sus discos iban encaminados cada vez más hacia el folk o los sonidos negroides más almibarados, pero en este trabajo se destapa como el rocker que nunca fué. Las canciones están en su mayoría plagadas de guitarras y ritmos que rozan a veces hasta el punk.
El disco se abre con un verdadero trallazo northern soul que da título al disco y que directamente podemos decir que es candidato a single del año, así de simple. El resto del disco, si bien tirando más al rock, sigue por los mismos derroteros, todo plagado de singles en potencia. Además, está lleno de colaboradores de lujo, tanto compañeros de generación, como Roddy Frame (Aztec Camera) o Johnny Marr, o jóvenes admiradores como los ahora tan de moda The Drums o los reyes del cotarro y compatriotas, Franz Ferdinand, que lejos del homenaje mezclado con pelotera que suelen suponer estas intervenciones en discos ajenos, aquí dotan al conjunto de una frescura necesaria y están perfectos cada uno en la canción escogida.
"Do it again", "Bored", "Come tomorrow, come today", la preciosa "I still believe in you", son todas ellas píldoras medicinales capaces de curar no sólo al que las ha construído, sino también a quien las escucha. Toda una recuperación, una alegría y un placer tenerle de nuevo entre nosotros, sobre todo ofreciendo maravillas como esta.

martes, 31 de agosto de 2010

RUBINOOS - BACK TO THE DRAWING BOARD (1979)

La perfecta combinación entre Beatles y Beach Boys, aunque de sonido acelerado como consecuencia de una indigestión de coca-cola y caramelos. Eso podemos decir que es el power pop. Los Rubinoos son uno de los más claros ejemplos del género, demostrando con sus canciones que el azúcar no está reñido con el rock and roll.

Procedentes de Berkeley (California) y formados por el cantante y guitarrista Jon Rubin (de cuyo apellido tomaron el nombre) y el compositor, cantante y teclista Tommy “TV” Dumbar, los Rubinoos nacieron en una época en que el pop, tal como se entendía en sus orígenes, no estaba bien visto. Los sonidos amables y azucarados de los 50 y 60 eran despreciados en pro de aburridos solos de guitarra y rock pesado y tedioso (con excepción, por supuesto, del Glam). Completando la formación con el bajista Royse Adler y el batería Don Spindt y basando su sonido en el rock and roll primerizo y el pop y bubblegum de los 60, consiguen que la compañía independiente Bersekley Records les fiche y graban dos discos, de los cuales “Back to the drawing board” es el segundo, producido por el presidente de la compañía Mathew “king” Kaufman.

Este disco, que es alabado en su época por la crítica (sobre todo británica), sigue siendo un gran desconocido en nuestros días y sin embargo debe considerarse, junto al primer lp de Paul Collins Beat y pocos trabajos más, como uno de los pilares de un género, el power pop, que pese a ser despreciado por la crítica “enterada”, no deja de ser junto al punk un movimiento revitalizador del rock and roll en una época en que estaba muerto y enterrado. Para empezar, “Back to the drawing board” contiene uno de los singles más claros de ese género, la vitamínica “I wanna be your boyfriend”, tema para corear y saltar hasta caer rendido, pero el resto no palidece ante su grandeza: temas igualmente energéticos como la perfecta “Ronnie”, “Drivin music” o la divertidísima “1-2-3 forever”, gemas de pop almibarado y adolescente como la “beachboyana” “Jennifer” y “Promise me”, o la que es mi favorita: una versión de “Hold me”, canción escrita originalmente por Dick Haymes y popularizada en los 60 por P.J. Proby, a la cual los Rubinoos saben inyectar testosterona suficiente como para hacer saltar todo por los aires.

Tras la edición de este disco, los Rubinoos desaparecieron, únicamente para juntarse eventualmente en los 80, pero desde 1999 han resucitado rejuvenecidos y al contrario que la mayoría de sus compañeros de generación que hacen lo mismo, en vez de tratarse de la típica reunión llena-bolsillos, Rubin y Dumbar están editando discos que nada tienen que envidiar a los que hicieron en los 70. Encima parece ser que sus directos son demoledores. Ojalá vuelvan por aquí pronto porque la última vez me los perdí. ¡Viva los Rubinoos!

lunes, 17 de mayo de 2010

THE REMAINS (1966)

Uno de los principales referentes del sonido garage-punk de los sesenta, The Remains se formaron en el área de Boston hacia 1965. Su sonido era una perfecta mezcla de la sensibilidad pop de los Zombies y el sonido "raw" de los Stones o Them, con guitarras chirriantes e intensidad negroide en las interpretaciones. Pese a estar liderados por un gran cantante y compositor como Barry Tashian, el grupo no logró alcanzar el estrellato que esperaban y se separaron tras un año y medio de vida, alcanzando su pequeño instante de gloria cuando telonearon a los Beatles en una de sus giras americanas.
Este disco de 1966, sacado justo en el momento de su separación es, por tanto, el único testimonio discográfico de este grupo que fue desconocido en su día, pero sobre el que se ha establecido una especie de culto posterior como referentes de los sonidos más crudos de los 60, sobre todo gracias a la inclusión de uno de sus singles, la maravillosa "Don't look back", en la famosa recopilación "Nuggets" de Lenny Kaye. La verdad es que podemos hablar del disco como de una de las obras capitales del rock americano pre-psicodélico, con grandiosos singles como el trallazo inicial "Heart", pieza de una intensidad que deja sin aliento, o la mezcla de gemas pop como "Why Do I Cry" o "You've got a hard time coming", con el salvajismo de su lectura del "Diddy wah Diddy" de Bo Diddley y Willy Dixon. Sin olvidar, por supuesto, que fueron de los primeros grupos en mezclar influencias británicas con la música country americana, como vemos por ejemplo en la versión del "Lonely Weekends" de Charlie Rich o en la genial "Say you're sorry".
Una auténtica pena que esta joya se quedara en las cubetas de segunda mano en su día. Hoy en dia, sin embargo, ha sido recuperada y reeditada en numerosas ocasiones, casi siempre completada con jugosas grabaciones inéditas no aparecidas en su día. No desaprovecheis la ocasion de recuperarlo los que ya lo conozcais y escucharlo los que no lo hayais hecho, merecerá la pena.

viernes, 5 de marzo de 2010

LEE HAZLEWOOD - "LOVE AND OTHER CRIMES" (1968)

Del malditismo en el pop siempre se ha hablado con absoluta ligereza pero, ya puestos, la imagen estereotipada que yo tengo del asunto es la de un tipo en una habitación en tinieblas, vagamente iluminado por una tenue luz indirecta que, vestido elegante pero desaliñadamente y con barba de tres días, va armado de una copa de chivas mientras el humo de su cigarro le sume en una niebla interminable. Escupe lamentos de amor con voz profunda y entrecortada por un dolor que es incapaz ya de disimular.

Esa imagen estereotipada, amigos, puede convertirse en algo genuino cuando de quien hablamos del autor de este disco, y cobrar vida...

Barton Lee Hazlewood fue todas estas cosas: dj radiofónico (uno de los primeros iluminados que pinchó a Elvis), productor discográfico, responsable entre otras cosas del sonido "Twang" de Duane Eddy y maestro de un joven Phil Spector, que dio alguno de sus primeros pasos bajo su batuta. Compuso y produjo grandes éxitos para artistas de la talla de Nancy Sinatra ("These boots are made for walking"; "Some velvet mornig") o Sanford Clark ("The fool"), pero también compaginó esta labor con una carrera como cantante en solitario para la que reservaba sus canciones menos convencionales y más torturadas, sembradas de un sentido del humor socarrón y a vuelta de todo. Estaba dotado de una voz profunda y opaca que era capaz de transmitir perfectamente esa imagen de crooner vaquero de la que hacía gala e instrumentalmente sus trabajos formaban una masa oscura pero voluptuosa, algo así como un halo misterioso que se convertía en traje perfecto para sus lamentos.

Por supuesto, nunca tuvo éxito como cantante, pero sí que dejó algunos discos mayúsculos como el que nos ocupa. En él, se confiesa culpable "del amor y otros crímenes", concepto esclarecedor de la visión oscura del romance que sobrevuela este LP, que se mueve entre el country, género en el que Lee se encontraba más cómodo y del que fue gran innovador, el pop brillante de joyas como "She comes running" o "The house song", el blues decadente de "Rosacoke street" o el jazz resacoso de "She's funny that way", todas ellas cubiertas de un muro de sonido ampuloso y profundo como un tumor. Así el recurrente concepto del corazón roto adquiere aquí una dimensión que Lee sabe aprovechar a la perfección para componer un disco casi perfecto.

Todo un personaje que, aunque ya desaparecido, perdura en la memoria como uno de los grandes dandys del pop americano, dotado de un sentido del humor incisivo y una ironía pasada de vueltas (una frase suya que siempre me ha hecho gracia: "mi forma de tocar la guitarra hizo subir un 10% las ventas de pianos en EEUU"). Supo crear un sonido propio y su influencia es fácilmente rastreable en gente como Nick Cave, Thindersticks o Jarvis Cocker, aunque nadie ha sabido emular su tremenda presencia y entidad como intérprete, que quedan patentes en discos como éste, injustas víctimas del olvido pero merecedores de todas mis alabanzas.


lunes, 4 de enero de 2010

2009: ALGUNOS DISCOS BUENOS

Neko Case
Middle Cyclone

A pesar de ser canadiense, a Neko Case le viene la americana como anillo al dedo y sabe inyectarle dimensión a base de canciones milagrosas y un sonido enorme. ¡Y esa voz!... ¡esa voz!

Bonnie 'Prince' Billy
Beware

Lo ha vuelto a hacer. Tan sólo ha pasado un año desde el inmenso "Lie down in the light" y este tipo no tiene problemas en superarlo con otra obra capital. ¿Y cuantas van ya?

Yo La Tengo
Popular Songs

Son maestros. Dominan tan a la perfección todos los géneros musicales que el término "rock" se les queda muy pequeñito. Disco doble y precioso en edición vinilo.

Manic Street Preachers
Journal for Plague Lovers

Tras unos años perdidos para la causa por sacar al mercado mediocridades, los Manics vuelven por sus fueros en un sincero homenaje a Brian Ritchie, su compañero hace años desaparecido y declarado por fin oficialmente muerto. Guitarras hirientes y letras (obra del susodicho) políticamente furiosas. Son necesarios.


Dan Auerbach
Keep It Hid

La otra mitad de los magníficos "Black Keys" se despunta un poco del crudo blues rock al que nos tiene habituados para ofrecer una colección de canciones de producción más elaborada y con incursiones en el intimismo folk. Le sale a pedir de boca.

Grizzly Bear
Veckatimest

Parece ser que el folk-rock ha vuelto para quedarse. Psicodelia, flores, ácido y voces angelicales que despegan al infinito. Un disco asombroso y relevante.

Bill Callahan
Sometimes I Wish We Were an Eagle

La propuesta de Callahan nunca ha sido de fácil escucha. Esto no es una excepción y sin embargo se pega al cerebro como una lapa. De repente, te descubres tarareando una de estas melodías perezosas que resultan imposibles de soltar por una buena temporada.

Monsters of Folk

Monsters of Folk

No soy yo muy aficionado a las superbandas. Generalmente me parecen un fiasco que sólo sirve para que sus componentes se hagan pajas mentales. No es éste el caso de MOF, que evidencian con esta colección de canciones que cuando se abandonan los egos un ratito salen las cosas fetén. Por supuesto, que produzca el maestro M Ward también ayuda, y mucho.


Wau y Los Arrrghs !!!: ¡¡¡Viven!!!

En Valencia somos afortunados por contar con el grupo de garage-punk más grande de España y ¿que coño!... hasta del mundo. Eructos sónicos de 3 minutos y directos extenuantes. ¿Que más se le puede pedir a la vida?

The Young Fresh Fellows: I Think This Is

El regreso más entrañable de la temporada. Siguen tan divertidos y frescos como siempre.


There Is No Enemy

Built to Spill :There Is No Enemy


El ROCK con mayúsculas y guitarras infinitas no puede ser algo del pasado. Built to Spill nos ayudan a los que en esto creemos a seguir manteniendo la fé. Gracias por ello.

Jay Reatard: Watch Me Fall

Gamberro, sucio, histérico y desalmado. Jay Reatard dispara canciones con tirachinas y siempre acierta en la diana. Valga esto como ilustración...http://www.youtube.com/watch?v=dG65eqfg6bc

M. Ward: Hold Time

Sólo la canción que da título al disco (la mejor del año, por supuesto) ya merece todas mis alabanzas y reverencias hacia un maestro que cada vez es más enorme. El resto, a pesar de que se ven un tanto ensombrecidas por esta, son igualmente sobresalientes.

Franz Ferdinand: Tonight


Grupo de quinceañeras? Hype? En absoluto. Un respeto para unos constructores de canciones más que competentes que saben sonar relevantes con modestia mientras hacen bailar a medio mundo. Su mejor disco hasta la fecha.

Prefab Sprout: Let's Change the World With Music


Paddy McAlloon es un emperador del pop no coronado. "Let's change the world with music" es su forma de reclamar un trono que se le ha negado demasiado tiempo. Tras escucharlo, no tengo ninguna objeción en rendirle pleitesía. Magistrales, como siempre.

The Pains of Being Pure at Heart: The Pains of Being Pure at Heart


El término "shoegazer" se acuñó en los 80 para definir un tipo de pop independiente de corte lánguido e inocente que reinó durante una temporada en las listas inglesas. Les va como anillo al dedo a estos jovenzuelos de NY que han confeccionado uno de los debuts más impresionantes del año.

Yeah Yeah Yeahs: It's Blitz!

Se puede llenar la pista de baile con inteligencia. Yeah Yeah Yeahs lo saben.



My World

Lee Fields & The Expressions: My World

Blaxploitation del siglo XXI de la mano de este viejo cantante soul de Brooklyn ha dado con los jovenzuelos adecuados para revestir su voz de una elegancia que no necesita envidiar en absoluto el sonido de los grandes padrinos del soul. Una maravilla

Arctic Monkeys: Humbug

Jovenzuelos, pero ya no imberbes. Su desparpajo se vuelve oscuro en esta obra de madurez con la que han sabido aprobar su revalida como la gran esperanza del rock inglés


The Flaming Lips:Embryonic

Sus discos preciosistas y amables habían hecho olvidar que antes eran un grupo que sabía dar vueltas de tuerca a la psicodelia más lisérgica. Vuelven por sus fueros en una obra tan original como desquiciada. No es nada fácil de escuchar, pero hay que rendirse ante tal despliegue de riesgo calculado.

Tom Waits:Glitter and Doom Live

Gran documento de la gira que le trajo este año a nuestro país y que sólo unos pocos fueron afortunados de ver. Waits tuerce sus canciones para hacernos disfrutar de toda una demostración de maestría en el escenario.

Jeremy Jay: Slow Dance

A pesar de que en directo no sabe dar la talla, más preocupado de las posturas "modernitas" que de lo que está cantando, hay que reconocer que en formato disco Jeremy Jay enamora con su naïve relectura de la nueva ola.

Primary Colors

The Horrors: Primary Colors


Suenan como si Kevin Shields se hubiera aliado con los Blues Magoos y con Ian Curtis para dar forma a un muro de sonido de una consistencia que deja sin aliento. Gran disco y gran futuro el que les espera a estos chavales de seguir por este sendero.

Sondre Lerche: Heartbeat Radio

El Crooner escandinavo vuelve al pop almibarado de su grandioso "Two Way Monologue" y acierta de nuevo a base de canciones redondas y elegantes. Un placer tenerle de vuelta.


Goodnight Unknown

Lou Barlow: Goodnight Unknown

A Lou le da tiempo a todo, a grabar y salir de gira con los Dinosaur Jr y a producir discos tan grandes como este, mucho más convencional que todo lo que haya hecho en el pasado, pero definitivamente con mucho gancho.



viernes, 27 de noviembre de 2009

TIM ROSE - MORNING DEW (1967)

¿Donde demonios se habia metido este disco toda mi vida?. En serio, por mucho que uno crea que le queda poco por descubrir, a veces sorprende lo que te puedes encontrar si cavas un poco más hondo y a la vez te preguntas cómo la historia del pop ha podido olvidar discos como este, que rarisima vez se mencionan en libros, revistas o incluso blogs de frikis como este.


Timothy Alan Patrick Rose (23 de septiembre de 1940-24 de septiembrede 2002) era un tipo de Washington DC que se dedicó al circuíto folk de ese área y de la de San Francisco, y que tuvo su primer éxito a través de una versión del archi-conocido "Hey Joe", que por entonces grababa todo bicho viviente, pero en una versión más lenta y densa de lo común. Ese éxito fue seguido por otro aún mayor con "Morning Dew", una canción de la cantante canadiense Bonnie Dobson a la que Rose supo imprimir su sello personal convirtiendo una canción de folk cándido en un single mucho más aguerrido y orquestado, con un sentimiento muy cercano al rock. Ese sonido es el que impera en este su primer disco, titulado igual que esa canción, y que es toda una lección de cómo mear contra el viento: en pleno verano del amor y las flores vemos un tipo en la portada con pinta de macarra roqueta patibulario, fumando un puro y con mirada desafiante, cuyas canciones rondan al desamor, el más puro odio o el asesinato: "vienen a apresarme, dicen que me tendrán ahí sentado el resto de mi vida, pero no me importa, me cargué a mi mujer y no puedo recordar el porqué". Toma ya! ahora que vengan los hippies y me hablen de paz y amor. Esa letra pertenece a "Long time man" una murder ballad en toda regla, de la cual realizó Nick Cave una mayúscula versión en su disco "Your funeral...my trial". Este es el tono que se mantiene en todo el disco, de sonoridad barroca y densa, presidida por la adusta voz de Rose, que parece escupir las palabras. Normalmente las canciones van de la calma a la tempestad, con inicio desnudo a la guitarra para terminar con toda una fanfarria orquestal, lo cual dota a este trabajo de una dimensión mucho más profunda de lo que era habitual en la época. Cada canción respira por sí misma. Además de los clásicos "Hey Joe" o la imperecedera "Morning dew" encontramos auténticas joyas, como la inicial y también tremebunda "I got loniness", con unos coros que quitan la respiración, la más rockera "I've gotta do things my way" o la asombrosa "you're slipping away from me".


Lo dicho: ¿donde se había metido este disco toda mi vida?








martes, 17 de noviembre de 2009

THE SMITHS - MEAT IS MURDER (1985)

El segundo Lp oficial de los Smiths (no contamos la recopilación de rarezas "Hatful of Hollow") es su primer gran triunfo . Un disco producido por ellos mismos, con ayuda del habitual ingeniero de sonido, Stephen Street, con un sonido mucho más elaborado que su predecesor ("The Smiths") y que cuenta con una variedad de texturas que a partir de este momento sería la marca de la casa. La portada, sacada del documental "The year of the pig" sustituye en los cuatro fotogramas idénticos reproducidos la frase original del casco del soldado (make love not war) por el mensaje que Morrissey quería transmitir: "la carne es un asesinato", todo un alegato al vegetarianismo, que no es la única de las proclamas tanto políticas como morales que se van sucediendo por todo el disco.
El album juega con toda la paleta de influencias de Marr y Morrissey: rockabilly en "Nowhere fast", rock rabioso en "What she said", ritmos negroides cuasi-funk en "Barbarism begins at home" (con una linea de bajo que quita el hipo, ¡viva Andy Rourke!), glam en "Rusholme ruffians", pop bailable en la inicial "The headmaster ritual" que abunda en una de las obsesiones de Mozzer, la "mala" educación inglesa. También encontramos momentos más relajados musicalmente, que no líricamente, como el single "That joke isn't funny anymore" o la maravilla "Well I wonder", para acabar con la odisea psicodélica que da título al disco, con sus sonidos de vacas y carneros degollados de fondo.
En resumen, primera obra maestra de uno de los grupos esenciales del pop inglés y su único número uno en listas, que si se compra en edición americana es mejor aún, pues gracias a su éxito en las pistas de baile estadounidenses se incluyó el single "How soon is now", piedra angular del repertorio de la banda.

miércoles, 14 de octubre de 2009

CATERINA CASELLI - NESSUNO MI PUO GIUDICARE (1967)


Escuchando el otro día al bueno de Juan de Pablos, me encontré con una de esas que el llama "mis chicas favoritas": Caterina Castelli, actriz y cantante a la que se llamaba "casco d'oro" debido a su pelo rubio cortado a lo garçon (muy al estilo mod), bastante famosa en la Italia de los 60 gracias a sus peliculas y a apariciones en el festival de San Remo, y sobre todo a un estilo alejado del tópico mojigato y recatado de chica ye-yé, gracias a una voz e imagen arrogante y bravucona que perfectamente podía lidiar con cualquiera de los dos rockers oficiales de la epoca en su pais -Rita Pavone o Adriano Celentano- y salir airosa. Su sonido flotaba entre la elegancia de un primerizo Scott Walker o la Dusty Springfield más diva y el rhythm and blues beatnick, a rebufo de la invasión británica y su respuesta americana combinadas con alguna que otra pincelada de saturación fuzz.

Tras rastrear algo su discografía clásica me quedo con esta pequeña recopilación, aparecida en el 87, que contiene sus éxitos más esenciales, sobretodo la que le da título, "Nessuno mi puo giudicare", toda una declaración de principios, y la no menos enorme "L'uomo d'oro". El resto no tiene desperdicio, entre originales como las dramáticas "Perdono" o "Cantastorie", la dylaniana "Per fare un Uomo" o la epopeya psicodélica "Incubo N4", encontramos las obligatorias versiones de clásicos anglosajones, interpretadas con un ímpetu que hace que hasta superen a su original. Lecturas explosivas de "Paint it black" (Tutto nero), de los Stones, "Standing in the shadows of love" (L'ombra di nessuno), de los Four tops, "The sun ain't gonna shine anymore" (Il sole non tramonterá), de los Walker Brothers, su célebre version del "I'm a believer" de los Monkees (sono bugiarda), uno de sus mayores éxitos y sobre todo una increiblemente incendiaria revisión del "Baby please don't go", de Big Joe Williams (via Them), que aquí titula como "Sono qui con voi", hacen de este un disco sobresaliente como testimonio del pop sixties italiano, que trajo cosas muy, muy dignas de descubrir, como esta.

Para escucharlo en spotify

lunes, 28 de septiembre de 2009

THE JAM - ALL MOD CONS (1978)



Este es el disco que supone para Paul Weller el abandono de la inocencia y aprendizaje punk para reencontrarse con sus influencias sixties, más acordes con la incipiente nueva ola. Una obra de madurez con la mirada fija en Ray Davies y sus Kinks, a los que homenajean en el disco. El costumbrismo inglés se convierte en protagonista de la mayoría de las canciones y, si bien no pierden energía y urgencia, la sensibilidad empieza a aparecer en muchos de los cortes.
No en vano en muchas ocasiones Weller ha sido llamado "la voz de una generación". Sus retratos de gente sencilla y proletaria son exactos y concretos. Cualquiera puede identificarse con sus personajes. Los sueños de gloria de "To be someone" o la misma "David Watts", la alienación de la multitud en "In the crowd", el escapismo de "The place I love", el personaje gris de "Mr. Clean" o la lucha callejera de "A Bomb in Wardour street". Además, la gran novedad de esta obra la encontramos en que, tras dos discos de trallazos punk sin concesiones, en este, el tercero de su carrera, son capaces de romper con esa filosofía hasta el punto de hacer dos canciones delicadas e intimistas como la magnífica "English Rose" o el medio tiempo "Fly".
"All mod cons" es también el disco con el que finalmente los Jam comenzaron a cosechar un éxito real en Gran Bretaña, preludio de la locura que vendría después, sobre todo gracias al excelso single "Down in the tube station at midnight", un relato sobre el asalto en la boca del metro a un hombre normal y corriente que quiere llegar a casa con su mujer.
Historias complejas de gente sencilla que quedan ahí como uno de los discos más necesarios de pop británico y obra cumbre de su creador, que comenzó su ascenso a las alturas como uno de los mejores escritores de canciones de su generación.

domingo, 27 de septiembre de 2009

YOUNG FRESH FELLOWS - I DON'T THINK THIS IS (2009)

Han vuelto. Que espléndidas noticias. Tan entrañables, tan divertidos y tan necesarios como siempre. Parece que no hayan pasado 8 años desde la última vez que vinieron a tocar por aquí. Fue uno de los conciertos más divertidos que recuerdo. Todo el mundo acabó agotado y feliz, por haber visto una de las manifestaciones de rock and roll más sinceras y grandiosas que se puedan presenciar.

Este año vuelven de nuevo. Y no hay que perdérselos por nada del mundo. Además de que siguen en buenísima forma para tocar, se da la circunstancia de que tienen nuevo disco calentito, que se hace llamar "I don't think this is The Young Fresh Fellows" y que es pero que muy muy bueno, como cualquiera de los anteriores.

Scott McAugley (quinto R.E.M. y miembro de Minus 5), junto con sus viejos colegas de Seattle nos regala aquí lo que mejor se le da: un disco de pop sin pretensiones, para divertirse, pasar el rato y que el que lo escuche lo pase mejor aún. Como siempre, hacen de la variedad un traje a medida y encontramos de todo: desde el power pop que más les caracteriza en "The guilty ones", "lamp industries" o el trallazo "New day I hate", siguiendo con algo de psicodelia con guitarras byrds en "betty let the good times roll", toda una tonada garagera al más puro estilo nuggets o la más reposada "Never turning back again". El rock and roll gamberro y marrullero por supuesto se adueña del disco con la grandísima y surfera "go, blue angels go", "shake your magazines", "after suicide" o el tributo a Barcelona que es "suck machine crater". Hasta tienen tiempo de ponerse algo tiernos con las bonitas "Used to think all things could happen" o "If you believe in Cleveland" e incluso marcianos con la final "Ballad of the bootleg".

Podríamos decir que estamos ante uno de sus discos más redondos, sin fisuras y diversión por un tubo, que es para lo que están. Nada ha cambiado y no puedo esperar para comprobarlo en directo. El 22 de octubre están en Valencia. Yo no me los pienso perder y si tú lo haces, harás mal.

Han vuelto. Que noticia más cojonuda.

jueves, 10 de septiembre de 2009

YO LA TENGO- "POPULAR SONGS" (2009)

Yo la tengo actualmente juegan en otra categoría. La categoría de los maestros. Tienen tan asimilado lo que supone la factura de un album de pop que cada lanzamiento es una lección magistral de cómo acometer dicha tarea. Llevan muchos años sin sacar nada siquiera regular. Este "Popular songs" es otra muestra de ello, llegando incluso a superar lo anterior.

Producido, como siempre, por Roger Mountenot y con portada magnífica, el disco se mueve cómodamente por mil géneros distintos, que en principio no relacionaríamos con una banda como la que forman los Kaplan y James McNew. Igual les da comenzar con psicodelia efervescente con cuerdas que recuerdan a aquellas que arreglaba Jean Claude Vannier para Gainsbourg ("Here to fall"), que darle al pop más endulcorado que se les haya escuchado nunca en "Avalon or someone very similar" o la maravillosa "When it's dark". Tambien les da lo mismo emprenderla con el soul al más puro estilo motown (el más claro single, "If it's true") o en la onda de la sureña Stax en "Periodically double or triple". Y, por supuesto, tampoco podían faltar las melodias marca de la casa: version tranquila en "All your secrets" o "By two's" y versión guitarrera en la reventona "nothing to hide".

La novedad en esta ocasión es que el disco cuenta con dos partes diferenciadas que nos hacen pensar en un disco doble de vinilo. La primera, o primer disco, sería de la que hemos hablado ya, mucho más pop y digerible. El segundo disco, mas experimental, consta de tres canciones largas, que muestran a un grupo que aún, después de tantos años, sigue buscándose en el local de ensayo, probando texturas y sorprendiendo con su compenetración. La primera, de tono muy lírico, se titula "More stars than there are in heaven", y es una de las canciones más bellas que jamás hayan escrito, tanto por la intensidad a la que llegan las guitarras como por la comunión de las voces de los tres. La segunda , "The fireside", es de tono también tranquilo y de atmósfera contemplativa, muy nocturna; y para terminar, por supuesto, no podía faltar la la tormenta guitarrera con "The glitter is gone", canción de 16 minutos que transporta al espacio exterior con algo así como una mezcla de Neil Young con los Stone Roses.

Hacía tiempo que un disco no me dejaba tan saciado como este. Yo la tengo son necesarios. Son imprescindibles porque nos recuerdan que una vez existió algo más alla de las discográficas, el glamour o las posturitas que se llamaba honestidad y amor por la música. YO AMO A YO LA TENGO (voy a hacerme una camiseta con esta frase)


martes, 8 de septiembre de 2009

DEL SHANNON - "HOME AND AWAY" (2006-1967)


Este es el "Smile" particular de Del Shannon. Su disco perdido. Una delicia que incomprensiblemente se archivó por decisión de la discográfica y que hace un par de años se editó como disco para el asombro de muchos, entre los que me encuentro, para los que ha pasado a ser una de las grandes joyas ocultas del pop.
Corría 1967. En plena era psicodélica Del Shannon había pasado a ser un eco del pasado, del que ya casi ni siquiera se recordaba aquel mega-clásico que fue "Runaway". Se imponía un cambio de imagen y una actualización de estilo y quién mejor que Andrew Loog Oldham, manager , productor de los Stones y personaje inquieto donde los haya, que puso manos a la obra en la producción una colección de canciones al mas puro estilo "sunshine pop" con majestuosas orquestaciones y delicadas armonías compuestas tanto por nuestro protagonista (la magnífica "Silently") como por lo mas granado de la factoría de Inmediate Records, propiedad de Oldham, entre los que encontramos a Billy Nichols, del que ya comentamos aquí su magistral "Would you believe", y que colabora con "Cut and Home again" y "Friendly with you", de lo mejorcito junto con joyas como "Mind over mather" o "Easy to say".
No salgo de mi asombro al pensar que semejante maravilla haya estado 40 años criando polvo en un cajon. A partir de este fracaso, y hasta su muerte en 1990, la carrera de Del Shannon se hundió en picado. Esto podría haber supuesto remontar el vuelo. Vete tú a saber porqué no le dejaron.

lunes, 13 de julio de 2009

GOSSIP- MUSIC FOR MEN (2009)



Beth Ditto es una cantante que convierte todo lo que toca en algo intenso, plástico y arrebatador. Partiendo de esta premisa, los autores del aclamado por crítca y público "Standing in the way of control" saltan de la independencia a una multinacional como Columbia (LA multinacional) y, consecuentemente con ello, comienzan a dar a la gente lo que quiere: hits.
Les arropa un presupuesto de lujo y la dirección del productor de productores: el todopoderosos Rick Rubin, el mismo que consiguió resucitar a Johnny Cash y Neil Diamond, que se pone a los controles en un disco que, pese a que no está recibiendo críticas demasiado amables por parte de las cabezas pensantes? de la modernidad, a mi me ha dejado de todo menos indiferente.
La musica de baile es para bailar y para eso lo mejor es que las canciones tengan gancho. Me da igual que antes fueran más rockeros, garageros y peligrosos. Aquí hay temazos, y muchos. Con el sonido pulido que las canciones necesitan respirar para ser un éxito, este es el momento que Gossip se encaramen a la cima de las listas, sobre todo con rompepistas como "Heavy Cross" o "Pop goes the world" o trallazos de los que dejan sin aliento : como ejemplo "8th wonder" o "2012"-, que directamente encumbran esta como la mejor colección de canciones bailables del año (con permiso de Yeah Yeah Yeahs), refrescante y veraniega como pocas.

viernes, 26 de junio de 2009

BILL CALLAHAN - SOMETIMES I WISH WE WERE AN EAGLE (2009)



Este es el segundo disco en el que Bill Callahan -antes conocido como SMOG- utiliza su propio nombre como distintivo artístico. No se muy bien las razones que ha tenido para abandonar su anterior apelativo y tampoco parece que su musica haya experimentado un tremendo cambio. Supongo que será cuestión de puntazos.
En este trabajo de título y portada desconcertantes, realmente no hay nada que no pudieramos encontrar en alguno de los mejores discos editados en el formato SMOG, como "Dongs of Sevotion", "Knock, Knock" o "Supper", pero por lo que sea ha conseguido llamar mi atención, y mucho. Tanto, que no he parado de oirlo desde hace un par de semanas y eso en la era mp3 de la descarga contínua es mucha atención.
Si bien la fórmula que Callahan utiliza para hacer canciones es relativamente simple, basada en ruedas de pocos acordes y su opaca voz sobrevolándolo todo, es en los arreglos donde este disco alcanza el sobresaliente, llevando a esas canciones a un estado de iluminación que sólo Van Morrison en sus momentos más brillantes ha logrado alcanzar. La intensidad reina en todos los surcos: Bill sabe ser oscuro sin caer en la antipatía, ser tremendo sin dejar de ser luminoso y lo mejor de todo es que lo hace con la naturalidad del que tiene su propio libro de estilo aprendido, aunque sabiendo sacarle el jugo suficiente como para no caer en la autoparodia. Es en definitiva, uno de esos discos que ganan escuchándolos de principio a fin, con tranquilidad. No hay que esperar grandes ganchos ni mucha accesibilidad, pero estas canciones acaban por hacerse un hueco en tu cabeza con relativa facilidad y sin saber muy bien porqué. Un discazo para disfrutar en las calurosas tardes del verano mientras se piensa en las musarañas.